Nuestro destino está en Noruega. Para tranquilidad de los más sensibles al frío, cabe destacar que el lugar al que nos dirigimos disfruta de unos inviernos en los que el termómetro rara vez desciende de los cero grados. Estamos en Stavanger, una coqueta ciudad portuaria en el suroeste del país, especialmente conocida por ser la puerta de entrada al famoso Preikestolen, el Púlpito, uno de los miradores más espectaculares del planeta, un lugar que regala unas vistas increíbles del fiordo de Lyse.
Stavanger es una ciudad de ambiente joven y universitario por contar con numerosas instituciones educativas, lo que le confiere un toque animado y alegre. Además, las actividades culturales y la gastronomía son puntos fuertes de este punto de Noruega.
Estamos en tierra de vikingos, así que, emulando su espíritu conquistador, vamos a desembarcar en esta urbe y a descubrir los encantos de la cuarta ciudad más grande del país escandinavo. Este lugar prosperó especialmente gracias a la actividad de su puerto pesquero y su industria conservera. Sin embargo, en la actualidad Stavanger es más conocida como la capital europea del petróleo, desde que se localizó el primer pozo petrolífero en la zona a mediados del siglo XX.
La vieja Stavanger, el barrio antiguo de la ciudad, ofrece un agradable paseo entre bonitas casas blancas de madera que siguen la línea de la arquitectura tradicional noruega. Muchas de ellas fueron edificadas en el siglo XIX. Aquí también nos encontramos con la magnífica catedral y con la torre Valberg, una de las construcciones más emblemáticas de la ciudad.
La torre Valberg se construyó a mediados del siglo XIX y supera los 26 metros de altura. Desde lo alto se domina toda la ciudad, por lo que uno de sus usos fue el de torre vigía. Actualmente su interior es utilizado como sala de exposiciones, con presencia especial de las obras de artistas locales.
El barrio portuario es uno de los puntos más atractivos de la ciudad. Siempre está lleno de vida y animado por las terrazas de los numerosos locales que encontramos por todas partes. Otro de los encantos de la zona son las cuidadas casas de colores que la inundan y que llenan de alegría el paisaje. La actividad de llegadas y salidas de cruceros y barcos con destino al Púlpito es incesante.
Si nos acercamos hasta las afueras de la ciudad nos encontraremos con Tres Espadas, un monumento conmemorativo que recuerda la batalla vikinga que fue decisiva para la unificación de Noruega.
Antes de dejar esta bonita ciudad noruega es muy recomendable realizar una excursión hasta Preikestolen o embarcarse en un crucero para recorrer el fiordo Lyse, dos aventuras que, al igual que nuestra visita a Stavanger, resultarán inolvidables.
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