La niña bonita del Mediterráneo es la joya de las Islas Baleares, un pequeño paraíso con multitud de atractivos. Uno de esos momentos que se esconden para siempre en la memoria -y también en la retina- son sus preciosas puestas de sol. Sin embargo, las mañanas en la isla son igual de mágicas. Los buenos días a primera hora, suenan mejor con el telón de fondo que guarda el Mediterráneo. Los amaneceres de Formentera son el inicio ideal a un día completo, sea cual sea, la época del año.
Calas de ensueño, aguas turquesas, arena blanca y fina que contrasta con el verde de su flora. Son muchas las cosas que no pueden olvidarse en un viaje a Formentera, pero quien no admite excusas, es el atardecer. El punto más mágico del día cuando el cielo explota en mil colores y se vive un instante cargado de energia. Sin embargo, poco conocemos de sus magníficos despertares. Los amaneceres en la isla son un espectáculo de la naturaleza que no deja indiferente a nadie que se asome a este balcón balear. Un momento silencioso, mágico... Y desconocido.
Playa de Llevant
Ver despertar Formentera es algo excepcional. Para disfrutar de un amanecer único, nada mejor que acercarnos, a primera hora, a la playa de Llevant, un lugar mágico para vivir en primera persona, no solo la mejor de las imágenes, también un mar de sensaciones que acabarán hechizando la vista. Las primeras gaviotas, el tacto acariciando la arena húmeda, los aromas de la mañana... Formentera en estado puro.
Lo mejor de todo es que a la vuelta, te espera la impresionante estampa de los primeros rayos dando vida a las salinas y a S`Estany Pudent.
Playa de Migjorn
Un amanecer maravilloso desde la playa más larga de Formentera, la de Migjorn. Un lugar que regala imágenes fascinantes. Se encuadra en un paisaje de pinos y dunas que combinado con la arena blanca y las aguas turquesas, da un resultado de postal. Este lugar es simplemente una estampa perfecta de la Formentera marinera de antaño con un paisaje espectacular de aguas claras y arena blanca, un lugar que no se puede dejar de visitar.
Faro de la Mola
Es uno de los puntós más altos de Formentera, un acantilado de 120 metros sobre el mar y unas vistas impresionantes. Un lugar que todavía se hace más especial, cuando se conoce que fue inspiración en una novela de Julio Verne. El Faro de la Mola es el sitio ideal para los amantes de los paisajes naturales y de la fotografía, un enclave único don de admirar cómo aparece el sol en el mar. Los colores mediterráneos del cielo y del agua en el amanecer son una imagen que dificilmente se podrá olvidar.
Alrededor de él existen varios senderos por los que se puede pasear cerca del acantilado y disfrutar de la inmensidad del mar. Desde este punto se pueden contemplar dos tercios de la isla, incluso las costas de Ibiza.
Estos son algunos de los muchos atractivos de esta isla mediterránea. Si te han gustado, también te encantará descubrir lo que no te puedes perder en Eivissa.
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