El flamenco es un arte que ha movido al mundo durante tres siglos. Hoy este género que, durante años ha traído a millones de turistas deseosos de bulerías y sevillanas, vive nuevos aires gracias al fenómeno que ha revolucionado a todo el planeta: Rosalía y su rompedor flamenco trap. Un estilo no tiene nada que ver con el otro, pero la catalana ha logrado fusionarlo como la estrella que es: el taconeo y los movimientos rápidos, los versos poéticos y las rimas modernas, el braceo con las uñas adornadas a todo color. Su legión de seguidores viene a España porque quieren saber más de la catalana y de este tipo de música. Con motivo del Día Mundial del Flamenco, que se celebra este 16 de noviembre, la agencia de viajes online Rumbo.es, revela los lugares de un recorrido donde conocer las raíces de esta intérprete y este estilo que ha puesto de cabeza la música.
Los barrios del trap: San Esteban de Sasroviras a Pan Bendito
Viajamos hasta la cuna de Rosalía: San Esteban de Sasroviras, situado en el extrarradio de Barcelona que ha sido su inspiración para el estilo popular de algunas de sus presentaciones. Antes nadie lo conocía, hoy comienza a despertar curiosidad en los fans de la cantante. Tiene apenas 18 kilómetros cuadrados y lo más “famoso” era su iglesia; ahora lo es Rosalía. Pero ¿dónde comenzó su carrera? En la Escuela Superior de Música de Cataluña, situada en el edificio del Auditorio de Barcelona. Otro lugar que se puede visitar, aunque allí no reina el trap, sino la música clásica y contemporánea.
De Cataluña viajamos a Madrid. ¿Dónde tiene su reino “el trap gitano”? En Pan Bentido. Un barrio madrileño que, como su nombre lo indica, ha sido “bendecido” por una lluvia de talentos del trap. Su “rey” es Moncho Chavea, quien se atrevió un día a experimentar con el flamenco trap hasta llegar a millones de personas con el “Chavea Sound”. No es un barrio de lujo, es el barrio del flamenco trap, donde sus músicos famosos siguen disfrutando como siempre de sus calles, ambiente y del típico plato de arroz con lentejas. La esencia es lo primero.
El estilo flamenco gitano hasta las uñas
El flamenco trap luce de otra manera. Es un estilo que impone poder llevando lo que nadie hasta hace nada estaba dispuesto a llevar. Las uñas es el mejor ejemplo. Desde que Rosalía apareció con esos decorados estrambóticos, el braceo del flamenco ya no es el mismo. El desparpajo de colores es tendencia y los turistas recorren las calles buscando el centro de manicura donde lo hagan más exagerado, pero sin perder el glamour. Madrid es el epicentro. Sitios como Lulu View, en Lavapiés, o Be Boo, en Chueca, arrasan. En Barcelona triunfan sitios como Dvine Nails, el salón de uñas que conquista a la propia Rosalía. Las piedras de colores, figuras y purpurina conquistan las manos de España. Y han llegado para quedarse.
Los epicentros del trap en España
Las discotecas son otros de los refugios para los más traperos y amantes de estilos como el house, regué y el rap. Lugares de buen rollo para rendir culto a estos géneros hay en todas las ciudades, pero los principales epicentros se sitúan en el centro de Madrid y Barcelona. Las Bling Bling, con recintos en ambas ciudades, son templos de música con salas donde escuchar cualquiera de estos géneros. Cha Cha The Club, en el centro de Madrid, es un lugar que reúne celebridades españolas e internacionales, y donde el trap gitano es uno de los ritmos presentes todas las fiestas. En la Ciudad Condal, en pleno Poblenou, está Razzmatazz, uno de los templos del trap en España que sirve de escenario cantantes de este género. Y teniendo como telón de fondo la Barceloneta está Catwalk, la disco que fusiona todo tipo de acordes y que reúne a gente de todas partes del mundo.
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