Hay momentos de la vida en los que queremos salir corriendo. En otras palabras: pasar de todo. Quien haya pensado esto alguna vez (o dos, o tres o diez mil veces) no debe sentirse avergonzado. Esta sensación es más habitual de lo que la gente se imagina. Se le conoce como el “síndrome de lo dejo todo”. Solo hay que tener en cuenta que el 60 % de los trabajadores españoles padece de estrés, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), para entender por qué muchos desean despertar un día en otro lugar ¿Esto es posible? ¿En dónde? Sí y todo depende de las ganas y las aspiraciones. Los psicólogos recomiendan viajar una temporada como buena cura a la sensación de desánimo y cansancio que nace tras largos períodos de mucha actividad y estrés. Es una excelente forma de despejar la mente, recuperar energías y, muy importante, evitar que la situación vaya a peor. La agencia de viajes online Rumbo ha hecho una selección de destinos ideales para cambiar completamente de aires y hacer un paréntesis en nuestra vida, lejos de todo lo que nos genera agobio y ansiedad.
Los pueblos de España para los “neorurales” que quieran huir
Surge un nuevo grupo denominado “neorural”: personas cansadas de las grandes urbes que se van a los pueblos por un tiempo para aprender de la naturaleza. Para ellos, las llamadas “ecoaldeas” son una excelente oportunidad de contribuir con dos objetivos: repoblar la España vacía e impulsar proyectos sostenibles. Taquián (Galicia) es considerado uno de los lugares más bonitos de España; el pan ecológico y los cultivos sostenibles son su fuerte, pero también el Al Haman (meditación). Otro ejemplo es Cortijo Los Baños (Almería), donde sus habitantes se dedican a dictar talleres: yoga, danza, vida ecológica. Matavenero (León) es un collage de nacionalidades unidas para consolidar la reconstrucción del pueblo y la economía independiente de sus familias. En este caso hay dos opciones: unirse a uno de estos proyectos o buscar un espacio para emprender algo nuevo ¿Alguna idea “eco” en mente?
Nueva Zelanda y la vida en sus granjas
Nueva Zelanda es de esos países que siempre aparecen en la mente de muchos cuando se habla de “estado de bienestar” ¿Por qué, entonces, no huir a sus islas? Sus ciudades son maravillosas, pero para los más hastiados de las metrópolis lo recomendable es pasar un año sabático en sus típicas granjas. Las más famosas son las lecheras, las ovejeras y las ganaderas, aunque hay una gran cantidad de corrales de cerdos, venados y hasta llamas operativas por todo el país. A los neozelandeses les encanta saber que hay personas de otros países interesadas en sus tradiciones más puras, por eso no dudan en ser muy receptivos con quienes desean desconectar del resto del planeta y sumergirse en el mundo del campesinado. Una opción es ser voluntario y contribuir en sus proyectos sostenibles. Una magnífica oportunidad de vivir una experiencia al estilo “Granjero busca esposa”.
Colombia, el renacer de un país que invita a comenzar desde cero
Colombia es un país con los brazos abiertos. Es muy difícil decidirse por su diversidad: montaña, bosques, selva, playas, llanos y hasta nieve. Los pueblos, por ejemplo, están emprendiendo sus propios proyectos y están ansiosos por escuchar nuevas ideas que les permita resurgir y ganar visibilidad. Algunas organizaciones internacionales están en búsqueda constante de personas que quieran poner su granito de arena para ayudar a estas familias ¿A qué dedicarse? Se puede hacer de todo. Desde pasar un año como profesor en algunas de sus escuelas enseñando a sus niños y ayudando a los maestros en su formación hasta colaborando en la construcción de viviendas y consolidación de sus pequeñas ciudades. Una ventaja es el idioma y los vínculos históricos que existen entre los colombianos y españoles, algo que ellos valoran enormemente.
Finlandia: un país para los más familiares
Para los que quieran dejarlo todo por un tiempo, pero acompañados de sus familias para que sus hijos vivan una experiencia enriquecedora, Finlandia es el destino estrella. Sus habitantes valoran positivamente el contexto en el que crecen los niños, especialmente, por los entornos naturales en los que conviven. El 75 % de su territorio son bosques, por lo que no es de sorprender que tengan una visión ecológica muy avanzada. Los amantes de la naturaleza podrán combinar su pasión por el medio ambiente y “cultivarla” en sus familias. Los finlandeses son muy abiertos a los emprendedores que busquen soluciones sostenibles, incluso en las propias ciudades, donde los más urbanos “huyen”, de vez en cuando, a refugiarse en una de las más de 500.000 cabañas que hay en todo el país para pasar sus vacaciones. Es una oportunidad de convertirse en un gran experto en aprovechamiento de los recursos naturales y acumular conocimientos que, una vez de regreso en casa, se pueden poner en marcha para mejor el entorno donde vivimos.
Nepal, la última frontera de las grandes oportunidades
Los aventureros tienen en Nepal el lugar ideal para mandar todo al garete y comenzar un nuevo ciclo haciendo lo que más les gusta: recorrer lugares inexplorados. Este país se encuentra en un momento de apertura y ha implementado estrategias para mostrar a los emprendedores las posibilidades de hacer vida allí. Y lo mejor es que este llamamiento incluye a los que lleven pequeños proyectos porque los nepalíes son del criterio que la suma de las pequeñas ideas hacen un todo necesario para la sociedad. El coste de la vida es bastante bajo (si lo comparamos con Europa), lo que permite a quienes van con apenas los justo, poder vivir tranquilamente una temporada con lo indispensable y un poco más para viajar y conocer.
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