Imaginemos un paisaje alfombrado con más de 2.000 arcos naturales de piedra arenisca. Ese paisaje casi onírico existe, es real. Una vez más hemos de reconocer que cualquier cosa que el ser humano pueda llegar a imaginar ya lo creó antes la sabia naturaleza.
Estamos en el estado norteamericano de Utah, en un área protegida de características extraordinarias, un territorio que abarca una superficie de más de 300 kilómetros cuadrados llenos de contrastes y colores. Nos encontramos en el Parque Nacional de los Arcos, un espacio único que permanece como una singular huella geológica formada a lo largo de millones de años.
Este parque de Estados Unidos reúne la mayor concentración de arcos naturales del mundo, formaciones majestuosas ante las que nos sentimos diminutos. La zona está situada sobre placas tectónicas que al desplazarse y chocar crearon estos pliegues en la superficie, obras de arte de diferentes tamaños y aspecto curvado. El agua y el viento hicieron el resto.
Este espacio protegido cuenta con miradores y senderos que nos ayudan a recorrerlo. Muchos visitantes del parque buscan las zonas de acampada y se lanzan a la práctica de diferentes deportes, entre ellos senderismo o bicicleta. También podemos optar por realizar una excursión guiada.
Con tanto arco por todas partes, la forma más práctica de tenerlos identificados es ponerles un nombre. El Arco Delicado es uno de los más populares y su imagen ha aparecido en numerosas publicaciones, además de haberse convertido en todo un símbolo en el estado de Utah. Cuenta con más de 15 metros de altura y su figura es impresionante.
El Arco Apaisado está considerado el más largo del mundo. Cuenta con más de 90 metros de largo y una altura de 30 metros. Es un arco bastante fino –poco más de un metro de grosor- por lo que goza de una protección especial debido al riesgo de que acabe quebrándose.
Además de arcos, el parque también exhibe otro tipo de formaciones rocosas imponentes. Las Tres Hermanas es una de ellas. Aquí la naturaleza ha creado unas figuras que nos recuerdan a tres damas de largos ropajes que aparecen juntas como si estuvieran disfrutando del paisaje.
La Roca Equilibrada es otro popular elemento de este territorio. Esta creación natural demuestra cómo se puede llevar al extremo el equilibrio y mantenerlo en el tiempo.
También resulta muy curiosa la zona conocida como Jardín del Diablo. Aquí destaca un nutrido grupo de rocas de variadas y atractivas formas.
El paso del tiempo y la fuerza de los elementos han creado en el Parque Nacional de los Arcos un auténtico museo al aire libre, un lugar inspirador repleto de grandes obras de la naturaleza que parecen desafiar a la ley de la gravedad.
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