Estamos en Potes. Estamos de suerte. Ya nos llegan aromas a contundente cocido lebaniego y montañés y a deliciosos ‘quesucos’ del Valle de Liébana, productos típicos elaborados con cariño ante la atenta mirada de los imponentes Picos de Europa.
Esta tierra cántabra, sólida, consistente y amable, tiene la virtud de conseguir que el visitante se sienta ilusionado y ligero como una pluma. Mil sensaciones nos salen al paso cuando callejeamos por esta localidad ubicada en un hermoso valle rodeado de montañas.
Cantabria forma parte de la España Verde, por lo que en Potes son ricos en espectacular naturaleza y aire puro, de ese tan escaso y difícil de respirar últimamente en otros muchos lugares. Visitamos uno de los pueblos más bonitos del país, un lugar que cuenta con la declaración de Conjunto Histórico Artístico.
El río Quiviesa atraviesa Potes. De hecho, la divide en dos. Sus aguas dotan de un encanto especial a este paisaje rural y auténtico. El protagonismo de esta senda fluvial en la población es tan evidente que se ha instalado un mirador en el pueblo para contemplarla. Desde él podemos disfrutar de una atractiva panorámica de la localidad, además de alcanzar a ver el punto en el que el Quiviesa se une al otro río que visita Potes: el río Deva.
Desde el mirador también vemos el monumento más destacado y emblemático de Potes: la Torre del Infantado, ubicada en el centro histórico de la localidad. Esta fortificación del siglo XIV alberga al Ayuntamiento del municipio y es utilizada también como espacio expositivo. Destaca la muestra permanente e interactiva dedicada a Beato de Liébana, figura religiosa clave del siglo VIII por la que sienten gran devoción en Cantabria. De su obra ‘Comentarios al Apocalipsis de San Juan’, uno de los libros más importantes de la Edad Media española, se muestran también los llamados ‘beatos’ en formato facsímil y ediciones únicas.
El patrimonio arquitectónico de Potes es uno de los más significativos de la comarca. La iglesia de San Vicente -la antigua y la nueva- es un buen ejemplo de ello. También sus puentes medievales son puntos característicos de la población, como el de San Cayetano sobre el río Quiviesa o el de la Cárcel sobre el río Deva. Y no olvidamos sus torres: además de la ya mencionada del Infantado, destacan la de Osorio, la de San Pedro o la de Calseco.
A poco más de 2 kilómetros de Potes, en el municipio de Camaleño, se encuentra el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, parada obligada si estamos en la zona. Su fundación se remonta al siglo VI, aunque el edificio que hoy podemos visitar es posterior, probablemente del siglo XIII. Actualmente está habitado por una pequeña comunidad franciscana.
Esta imponente construcción está rodeada de un paisaje de increíble belleza y los Picos de Europa le sirven de fondo. El monasterio fue el lugar en el que Beato de Liébana creó algunas de sus obras.
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Autor de la imágenes: Martín Posadas
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