Nos adentramos en tierras de Irlanda. Hemos sido previsores y ya están preparados nuestros ojos para disfrutar de infinitas tonalidades verdes. Estamos en el condado de Tipperary, nombre que siempre nos evoca a aquella antigua canción llamada ‘It’s a long way to Tipperary’, melodía que entonaban los soldados británicos durante la Primera Guerra Mundial cuando se encontraban lejos de su tierra.
El entorno que nos rodea es fascinante: montañas, valles, colinas, ríos…, además de pequeños y pintorescos pueblos que van salpicando nuestro camino. Entre ellos se encuentra Cashel. Hacía él nos dirigimos, porque queremos visitar uno de los lugares históricos más atractivos de este punto del sur país. En el trayecto nos van saludando simpáticos rebaños de ovejas.
Nuestro destino se llama Roca de Cashel, un impresionante conjunto medieval situado a menos de horas por carretera de Dublín, la capital del país. El bonito Valle del Oro rodea esta fortaleza, una de las más visitadas de Irlanda.
Este lugar fue la residencia de los monarcas irlandeses del Reino de Munster, de quienes se cuenta que fue el mismísimo San Patricio quien los convirtió al catolicismo. Los reyes de Munster reinaron en este territorio de forma ininterrumpida durante cientos de años, concretamente hasta el siglo X. Su capital y centro político y religioso fue Cashel, el lugar en el que nos encontramos.
Vamos a recorrer la fortaleza, a visitar este lugar repleto de la energía de las mil historias acontecidas aquí. El conjunto, ubicado sobre una gran roca –de ahí su nombre- cuenta con diferentes edificios. Uno de los más antiguos es la torre de vigilancia, que destaca con sus casi 30 metros de altura.
La capilla del rey es una de las construcciones más importantes, debido a que guarda en su interior algunos restos de valiosos frescos. Por su parte, la catedral gótica, del siglo XIII, aparece sin la cubierta, solo con las paredes. A pesar de esta circunstancia, es fácil hacerse una idea de la magnitud del imponente edificio.
Junto al templo se encuentra un pequeño cementerio en el que vemos un buen número de cruces celtas.
Visitar este conjunto, magnífica muestra de arquitectura medieval celta, resulta apasionante y también una buena oportunidad para acercarnos hasta la localidad de Cashel, una población que cuida sus tradiciones y preserva sus raíces. El lugar nos ofrece variadas posibilidades: desde recorrer los senderos de los alrededores hasta disfrutar de las actividades de la población. Una de ellas es el popular campeonato de esquila de ovejas y manejo de lanas que se celebra aquí durante el mes de mayo y que es famoso en toda Irlanda.
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