Nos acercamos a un punto clave de la carrera del oro en Brasil. Estamos en el estado de Minas Gerais. Vamos a pasear por una localidad que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO gracias a contar con uno de los conjuntos de arte barroco más bellos del mundo. Nuestro destino se llama Ouro Preto –Oro Negro-, aunque originalmente, cuando fue fundada en el siglo XVII, se bautizó como Vila Rica. Con estas pistas parece claro que nos encontramos en un lugar en el que el oro y la riqueza han sido protagonistas.
Todo comenzó con el descubrimiento de la primera pepita del preciado metal en este punto del país sudamericano. A partir de ese instante, esta increíble ciudad, enclavada en un valle entre impresionantes montañas, vivió una época de esplendor cuya huella ha quedado reflejada en su fascinante arquitectura: iglesias, palacios, fuentes, puentes…
Se cuenta que los esclavos que eran obligados a trabajar en las minas solían tragar algunas pepitas de oro que después expulsaban y almacenaban con el fin de reunir las suficientes para poder comprar su libertad.
Ouro Preto llegó a ser tan próspera que, según se cuenta, en el siglo XVIII tenía más habitantes que Nueva York. Con el tiempo el metal amarillo comenzó a escasear hasta llegar a agotarse el filón que habían supuesto las minas para la zona.
En la actualidad, Ouro Preto mantiene todo su encanto como testimonio de su pasado floreciente. La ciudad invita al viajero a pasear por sus deliciosas calles adoquinadas y sorprenderse con uno de los conjuntos arquitectónicos más ricos de Brasil, propiciado especialmente por la fiebre del oro que llevó a muchos a competir por tener la mejor casa, la mejor iglesia, el mejor palacete…
La iglesia de San Francisco de Asís es una buena muestra de lo dicho. Llegó a ser declarada como una de las ‘Siete Maravillas de Origen Portugués en el mundo’. Construida a mediados del siglo XVIII, este templo, gran exponente del llamado barroco minero, presenta una bella fachada repleta de interesantes detalles.
Otro de los grandes alicientes que nos regala Ouro Preto es su magnífica gastronomía, un capítulo en el que el disfrute está también garantizado. Su cocina, considerada una de las mejores del país, cuenta con gran variedad de platos tradicionales típicos de la cultura gastronómica heredada de la época minera.
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