Los jardines del castillo de Villandry, uno de los lugares favoritos de la primavera
No es la primera vez que nos acercamos hasta el valle del Loira, en Francia, a la búsqueda de alguno de sus muchos y espectaculares castillos. Sin embargo, en esta ocasión, además del edificio nos interesa su entorno. Un lugar florido y verde todo el año y especialmente bonito en primavera. Esta estación del año eclosiona de forma maravillosa en los jardines renacentistas del castillo de Villandry, una construcción del siglo XVI situada a orillas del río Cher, a unos 20 minutos de la localidad de Tours.
Esta construcción conserva una antigua torre medieval como testimonio y recuerdo de la presencia en ese lugar de una fortaleza feudal que más tarde se reconstruyó para dar paso al actual castillo. En realidad, es la única muestra que queda de su cometido original como fortificación, ya que incluso el área ajardinada se encuentra libre de cercados y es totalmente accesible desde el exterior.
Antes de iniciar nuestro paseo por los bellos jardines de Villandry, cabe destacar que en los inicios del siglo XX el castillo pasó a manos de Joaquín Carvallo, un médico de Don Benito, localidad española de la provincia de Badajoz, que lo adquirió para vivir en él junto a su familia. Carvallo devolvió la vida al lugar. Rehabilitó el castillo y contrató a dos paisajistas andaluces para que rediseñaran los jardines y seleccionaran las plantas más adecuadas para aquellas tierras. Hoy en día podemos deleitarnos con el magnífico resultado de todos aquellos trabajos recorriendo este jardín inspirador y realmente bello. Su bisnieto, actual propietario del castillo, continúa con la labor de cuidado y expansión del jardín con la ayuda de 10 jardineros que mantienen su belleza impecable todo el año.
El conjunto de Villandry fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en la década de los 30. En la actualidad, estos delicados jardines nos invitan a realizar un recorrido por las diferentes zonas que contienen: la ornamental, el huerto, la acuática, el laberinto…, bautizadas con diferentes nombres: el Jardín del amor, el Jardín del agua, el Jardín del sol, el Jardín de la música y el Jardín de las hierbas, este último dedicado a las plantas de carácter medicinal.
En Villandry hasta las plantaciones de verduras resultan estéticas y muy decorativas, tanto que da pena comérselas. Los juegos cromáticos y geométricos que nos van saliendo al paso por todas partes son espectaculares. Los jardines aparecen en muchos casos en terrazas escalonadas a tres alturas y algunos de los dibujos que se recrean con la vegetación nos sorprenden cambiando de perspectiva mientras paseamos. La grandeza de estos jardines los han convertido en un gran referente mundial.
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