Rovinj, el pequeño tesoro de Istria

Nos acercamos al norte de Croacia. Allí nos espera la bella Istria, la mayor península del mar Adriático, un punto del continente europeo que reúne a pequeños pueblos llenos de encanto y una rica historia. Lugares que guardan tradiciones y costumbres muy genuinas. 

Una de esas pequeñas poblaciones de aromas mediterráneos y paisajes luminosos es nuestro destino. Queremos conocer Rovinj, la coqueta ciudad que conserva las huellas del esplendor que vivió durante el dominio veneciano.

El Arco de Balbi, antigua puerta de la ciudad, nos abre paso al centro histórico de Rovinj, que se encuentra ubicado sobre una pequeña península a la que no acceden los vehículos y en la que se alza orgullosa la alta torre de la iglesia de Santa Eufemia, la patrona de la localidad. 

Con su campanario de más de 60 metros de altura, esta construcción del siglo XVIII, esbelta y elegante, domina todo el entorno y está considerada el edifico barroco más importante de Istria. Los restos de Santa Eufemia se custodian en un sepulcro de mármol en su interior. 

Estamos en un lugar plácido y pintoresco, de corazón marinero y calles adoquinadas que es recomendable transitar con calzado cómodo. Quizás este escenario encantador sea el culpable de que en Rovinj sea habitual la presencia de artistas. Las galerías y los estudios de arte forman parte del paisaje de la población. 

Uno de los grandes símbolos de Rovinj es la batana, una embarcación de madera usada desde hace muchos años por los pescadores locales y protagonista de unas animadas regatas. El Ecomuseo de la Batana se propuso que la tradición en torno a estas barcas de labor no se perdiera, por lo que desde hace un tiempo reúne y preserva todo lo concerniente a las batanas, incluidos los cánticos y el dialecto que utilizan los pescadores de la localidad. Este importante trabajo de conservación ha sido reconocido por la UNESCO, organismo que ha incluido al Ecomuseo en el listado de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

En un pueblo tan vinculado al mar, el puerto es uno de los puntos clave de la ciudad. Animado de día y también por la noche, cuenta con restaurantes y locales en los que degustar la exquisita gastronomía de Rovinj en la que el pescado es el rey. El puerto nos invita al paseo y nos regala un escenario especialmente fascinante cuando llega la puesta de sol.

Antes de concluir nuestra visita por Rovinj interesa recordar que a pesar de que Croacia es un país de la Unión Europea, su moneda sigue siendo la kuna.

Revista Viajes y Lugares