Seguimos la pista musical de un saxofón. Sus notas nos llevan hasta una coqueta y acogedora localidad belga, situada en la región de Valonia a orillas del río Mosa. Hemos llegado a Dinant, una población cuyos orígenes se remontan al siglo VII y que fue habitada en tiempos antiguos por celtas y romanos. Nos encontramos a unos 100 kilómetros de Bruselas y envueltos por un paisaje fascinante dominado por el río y un hermoso valle.
Estamos en un encantador rincón europeo en el que residen alrededor de 13.000 habitantes orgullosos de los atractivos de su pequeña ciudad que no se priva de casi nada, pues Dinant goza de una impresionante iglesia gótica, una magnífica ciudadela y una gastronomía exquisita. ¡Así es la conocida como Hija del Mosa!
Vuelve a sonar un saxofón. Hemos llegado al puente de Charles de Gaulle, un lugar repleto de figuras de este instrumento. Existen 28 saxos enormes repartidos por toda la población, uno por cada país miembro de la Unión Europea. Esta musical presencia se debe a que nos encontramos en el lugar de nacimiento de Adolphe Sax, un inquieto clarinetista y fabricante de instrumentos musicales que a mediados del siglo XIX se empeñó en lograr uno de viento que consiguiera interpretaciones con mayor intensidad y fuerza que el clarinete. Así nació el saxo, un instrumento que han elevado a lo más alto grandes nombres del jazz como el genial Charly Parker o John Coltrane.
Nos vamos con la música a otra parte de la población. Es momento de visitar la Colegiata de Nuestra Señora, una majestuosa iglesia que se reconoce como el símbolo monumental de la ciudad. Cuenta con un original campanario y un precioso interior en el que destacan sus coloridas vidrieras. Si llegamos en el momento oportuno y con un poco de suerte, también podremos disfrutar de un concierto de órgano.
Cambiamos de escenario y nos situamos a más de 100 metros de altura, sobre el acantilado que domina la población. Aquí se encuentra la Ciudadela, una gran estructura defensiva que ofrece unas espectaculares vistas de esta localidad de Bélgica. La fortaleza original data el siglo XI y su interior puede visitarse a través de un fascinante recorrido que nos llevará por diferentes estancias: calabozos, museo de armas, cocina… Se puede acceder a la Ciudadela subiendo sus más de 400 escalones, aunque también podemos optar por un método más cómodo y rápido haciendo uso del teleférico que nos lleva directamente a la cima.
A los amantes de las estalactitas y las estalagmitas les encantará saber que junto a Dinant se encuentra una de las cuevas más espectaculares de Europa. Hablamos de La Merveilleuse, una gran gruta descubierta a principios del siglo XX en la que podemos contemplar bonitas cascadas de piedra y recorrer numerosas salas magníficamente iluminadas.
Ya que nos encontramos en Dinant es recomendable acercarnos hasta el castillo de Veves, situado a unos 10 kilómetros de la localidad. Esta gran fortaleza del siglo XII fue declarada Patrimonio de Valonia. No es el único castillo cercano a Dinant. Si nos animamos y disponemos de tiempo, también podemos visitar la fortaleza de Walzin y el Castillo de Miranda. Este último se encuentra abandonado y sobre él se escuchan historias de terror y encantamientos no aptas para miedosos.
Finalizamos nuestro paseo por Dinant destacando un curioso y divertido evento que se celebra aquí todos los años a mediados del mes de agosto. Se trata de la Carrera Internacional de Bañeras, una regata que se desarrolla en el río Mosa y en la que los participantes compiten dentro de bañeras previamente decoradas de forma muy original.
Revista Viajes y Lugares
Escribe tu comentario