Todas miran sonrientes, aunque algunas de esas sonrisas ofrecen un gesto algo sobrecogedor y desconcertante difícil de interpretar. Son los dos centenares de caras de piedra que se encuentran custodiando uno de los templos más espectaculares de Camboya: el Templo Bayon.
Estamos en el Sudeste Asiático, en el centro de la antigua ciudad de Angkor Thom, en la provincia de Siem Riep. Todo en este lugar ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, circunstancia que no nos extraña dada la espectacularidad de lo aquí construido.
Bayon es un templo dedicado a la figura de Buda que fue descubierto en el siglo XIX por unos exploradores franceses a los que, hablando de caras, imaginamos la que se les quedaría cuando vieron tanta enigmática belleza.
El templo es un laberíntico complejo de pasillos, galerías, santuarios y torres en las que se encuentran tallados los rostros más fotografiados de Camboya. Fue levantado bajo el reinado de Jayavarman VII, un monarca del siglo XII que guarda un sospechoso parecido con muchas de las caras que mandó construir en Bayon.
El entorno de este atractivo edificio está adornado con bajorrelieves que representan escenas cotidianas y costumbres de la Camboya de la época, como peleas de gallos, batallas navales, ejércitos, pescadores en plena faena… También podemos contemplar historias pertenecientes a la mitología hinduista y budista.
Esta maravilla arquitectónica única en el mundo es uno de los conjuntos más visitados de Camboya, tanto que es complicado no encontrarse con numerosos grupos de turistas ávidos de fotografías. A pesar de esta circunstancia, la sensación de paz y serenidad siempre está presente. Sin duda, este lugar de obligada visita posee una insólita belleza que envuelve al visitante en una sensación casi onírica.
Revista Viajes y Lugares
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