Un paseo por Bergen al ritmo de las Danzas Noruegas de Grieg

Todos tenemos un lado vikingo, un aspecto de nuestra personalidad que cuadra perfectamente con los paisajes y gentes que nos van acompañar en este viaje. En este paseo saldrá a la superficie nuestro lado más indómito y nos fusionaremos mágicamente con la naturaleza. Estamos en Noruega, un país de paisajes espectaculares y ciudades encantadoras en el que el frío es un compañero casi inseparable.

Nuestro destino es Bergen, la segunda mayor ciudad del país. Este lugar con vistas al mar disfruta del abrazo permanente de impresionantes montañas y de algunos de los fiordos más bellos del planeta.

Estamos en una ciudad moderna y animada repleta de calles con historia, de encantadores rincones y de multitud de opciones culturales y gastronómicas. Interesa destacar que los amantes del pescado y los productos del mar están de enhorabuena si visitan esta población noruega, ya que la ciudad cuenta un impresionante mercado destinado a estos productos en el que podemos encontrarlo todo, especialmente el riquísimo salmón del país.

Bergen se fundó hace más de 900 años, en la llamada época vikinga, momento histórico en el que Escandinavia se lanzó a explorar el mundo gracias a su gran habilidad con la ingeniería naval.

Seguimos nuestras andanzas por esta ciudad noruega. Nos dirigimos a Bryggen, el barrio histórico y la zona más antigua de la ciudad, situada en el famoso muelle de la población, ese que acostumbramos a ver plasmado en todo tipo de postales y folletos, característico por la presencia de casitas de madera de vivos colores. El aspecto del conjunto es realmente encantador.

Este barrio de Bergen estuvo ocupado durante más de 400 años por la Liga Hanseática, una amplia comunidad de comerciantes alemanes, similar a una especie de gran gremio dedicado al comercio del pescado. En esta federación regían normas bastantes herméticas y mantenían las mercancías almacenadas a salvo de cualquier amenaza o peligro. En el Museo Hanseático, ubicado en el muelle, se puede conocer con detalle la actividad y forma de vida de estos comerciantes.

Avanzamos por las entrañas de una ciudad en la que vamos a poder contemplar numerosos monumentos y estatuas. Una de las más céntricas está dedicada al escritor e historiador escandinavo Ludvig Holberg, nacido en Bergen a finales del siglo XVII.

La Catedral de San Olaf es otro de los puntos de obligada parada. Con casi mil años de historia a sus espaldas, es un placer admirar su imponente torre cuadrada rematada por una cúpula de tonalidad verde.

Pero esta visita nacía con el propósito de dejarnos llevar por las bellísimas notas musicales de uno de los grandes compositores noruegos: Edvard Grieg, del que ahora se cumplen 175 años de su nacimiento. El piano fue el instrumento que le acompañó toda su vida y el que le ayudó a dar vida a sus maravillosas creaciones inspiradas en el amor a su tierra y en la música tradicional noruega. En Bergen, como en el resto del país, la figura de Grieg es altamente valorada, cuestión que queda plasmada en la casa-museo que la ciudad dedica al artista y que merece una visita. Se encuentra muy bien conservada y cuidada. Una de las salas más características es la de conciertos. Si avanzamos unos pasos y nos situamos en el coqueto jardín del museo alcanzaremos a ver una preciosa panorámica del fiordo. Otro de los alicientes del lugar es el pequeño concierto de obras de Grieg que se ofrece todos los días en el auditorio de la casa.

Las mágicas notas de la música del compositor noruego nos acompañan mientras contemplamos fascinados la belleza con la que la naturaleza ha dotado a este punto del planeta. Llega el momento de despedirnos de esta ciudad rodeada de fiordos espectaculares. Entre ellos se encuentra el fiordo Sogn, el más largo de todo el país. Su impresionante imagen será un buen recuerdo para llevarnos de vuelta a casa.

Revista Viajes y Lugares