En el sur de la provincia de Málaga, en el municipio de Manilva, casi en el límite con Cádiz, nos encontramos con uno de los enclaves naturales con más encanto de la Costa del Sol: la playa de Punta Chullera.
Tiene unos 900 metros de longitud, cuenta con unas aguas limpias y está formada por un pequeño cabo rocoso con varias calas y acantilados bajos. La arena es de textura media y está compuesta por sílice, pizarra y arenisca, lo que la hace bastante cómoda y fácil de retirar.
Su nivel de concurrencia en los meses estivales no es demasiado elevado en comparación con otras playas de la provincia. De hecho, es un lugar ideal para pasar en familia y en verano está frecuentado por grupos de jóvenes que aprovechan las rocas para saltar y bucear.
Al oeste se pueden visitar los restos de una torre vigía de la época nazarí y en la misma playa hay un chiringuito en el que se puede degustar la gastronomía típicamente andaluza.
El acceso en coche se hace desde la autovía A-7, que recorre toda la costa malacitana. Es recomendable salir por la urbanización Punta Chullera, situada justo al otro lado de la carretera, y aparcar ahí, para luego dirigirse caminando a través del puente peatonal que cruza la calzada.
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Texto e imágenes: Guillermo Peris Peris
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