Rushmore: el monte de las cuatro caras

El cine ha sido uno de los medios que han popularizado en todo el planeta al famoso Monte Rushmore. Entre otros, en el film “Con la muerte en los talones”, del genial Alfred Hichcock, aparece nuestro destino. Quizás acostumbrados a ver esta imagen en muchas películas, especialmente las de sello norteamericano, no nos hacemos una idea del impacto y magnitud de la visión en vivo de este lugar labrado en la roca que se encuentra en Dakota del Sur, en los Estados de Unidos de América. El Monte Rushmore es uno de los grandes iconos del país.

Estamos en un espectacular conjunto escultórico tallado en una montaña en la localidad de Keystone, un monumento creado en 1941 que muestra los rostros de cuatro presidentes norteamericanos: Washington, Jefferson, Lincoln y Roosevelt. 

Una rica naturaleza enmarca a esta peculiar escultura, ubicada en una zona que originalmente era el hogar de algunas tribus Sioux que fueron desplazadas del lugar en el siglo XIX.

Se invirtieron tres lustros y cerca de cuatrocientos trabajadores en la realización del monumento que protagonizan unos rostros que condensan casi los dos primeros siglos de la historia estadounidense. Nos encontramos ante una mítica postal, conocida internacionalmente, que se ha convertido en uno de los lugares más visitados de los EE.UU.

Para hacernos una idea de la magnitud de los enormes y presidenciales rostros, conjunto que rinde homenaje a los héroes nacionales, es interesante saber que alcanzan una altura de dieciocho metros. Otro detalle: cada nariz mide seis metros y, aunque no sea muy aceptable la comparación, estas dimensiones convierten a otras grandes narices clásicas, como la de Cyrano de Bergerac, en apéndices nasales más bien chatos.

Uno de los aspectos más mágicos del Monte Rushmore es la mirada de sus cuatro figuras. El punto de realismo y viveza es increíble. Gutzon Borglum, el autor de esta gran obra, consiguió una especie de destello en la mirada de estos rostros esculpidos colocando una columna de granito haciendo las veces de pupila. De este modo, los rayos del sol hacen resaltar estas columnas en relación a las sombras que producen. ¡Muy ingenioso!

Esta carismática montaña esconde un secreto. En la parte trasera del conjunto escultórico, en un lugar de difícil acceso, se encuentra una puerta que da paso a una habitación conocida como Sala de Actas. En esta pequeña sala excavada en la roca se guarda una caja con diferentes textos que reproducen documentos históricos, como la Declaración de Independencia de los Estados Unidos. El acceso está prohibido a los visitantes, porque su cercanía a los acantilados lo hacen extremadamente peligroso.

En los últimos años en el Monte Rushmore se han habilitado nuevos servicios e instalaciones, así como pasos peatonales y miradores para que el visitante disfrute con mayor facilidad del monumento y su magnífico entorno.

Curiosamente, a escasos kilómetros del Monte Rushmore se viene construyendo desde mediados del siglo pasado otro monumento que, cuando concluya, superará las dimensiones del conjunto escultórico de los cuatro presidentes norteamericanos. Se trata de la obra homenaje a “Caballo Loco”, el famoso jefe Sioux. Se está levantando en las llamadas Colinas Negras y aún permanece inacabado.

Revista Viajes y Lugares