Londres es una de las capitales más visitadas del mundo, pero no siempre se trata de viajes vacacionales o escapadas de ocio. Esta gran metrópoli también es muy frecuentada mediante cortas estancias por temas de negocios o porque queremos abrazar a un familiar que se encuentra trabajando allí temporalmente para aprender o afianzar su inglés.
Sea como fuere, si solo disponemos de unas horas para pisar suelo londinense, es aconsejable no perder la oportunidad de conocer algunos de los muchos atractivos de esta ciudad, lugares imprescindibles y emblemáticos que podemos visitar si planificamos y organizamos bien nuestro tiempo.
El Palacio de Buckingham
La residencia oficial de la reina Isabel II y el gran símbolo de la monarquía británica es un edificio construido en los inicios del siglo XVIII. Su interior solo se puede visitar en ciertas fechas muy concretas a lo largo del año, pero vale la pena contemplar el exterior del palacio además de no perderse la ceremonia del famoso cambio de guardia que protagoniza la Guardia Real encargada de la seguridad del lugar. Es un espectacular desfile que se celebra todas las mañanas y que se ha convertido en una de las mayores atracciones turísticas de la ciudad.
El Big Ben
La famosa puntualidad británica, solo comparable a la japonesa, tiene su gran representación en la Torre del Reloj del Palacio de Westminster, sede del Parlamento. Nos referimos al popular Big Ben, el gran símbolo londinense que debe su nombre a la campana principal de casi catorce toneladas de peso. Se encuentra en pleno centro de la ciudad y es probablemente el reloj más famoso del mundo.
Actualmente el Big Ben permanece mudo, aunque se trata de una medida temporal que concluirá en 2021. El motivo es la realización de los necesarios trabajos de conservación que requiere el icónico reloj.
La Torre de Londres
Esta enorme fortificación es un lugar que cuenta con mil años de historia y está situada en la orilla norte del Támesis, en el centro de Londres. Las coronas de la Casa Real Británica se encuentran aquí a buen recaudo y pueden ser contempladas por los visitantes.
Este histórico castillo tiene su propia guardia, los llamados Beefeaters, custodios que van ataviados con un característico uniforme que irremediablemente relacionaremos con la imagen de una conocida ginebra.
La Catedral de San Pablo
Estamos ante uno de los edificios más espectaculares de toda la ciudad. Este enorme templo anglicano presume de una gran cúpula inspirada en la que Miguel Ángel diseñó para la Basílica de San Pedro en el Vaticano. La Catedral de San Pablo es la sede del obispado de Londres. Esta magnífica iglesia está rodeada de unos preciosos jardines que invitan a disfrutarlos con un buen paseo.
Tower Bridge
Estamos ante el puente más famoso de Londres y uno de los más conocidos de Europa. Su construcción data de finales del siglo XIX. Cruza el río Támesis y su imagen es una de las más identificativas de la ciudad. Destacan sus dos torres, de 65 metros de altura, unidas por pasarelas peatonales. Su céntrica ubicación hace que sea uno de los lugares más transitados de Londres.
Con el fin de facilitar el tráfico fluvial, el puente activa con cierta frecuencia su mecanismo levadizo con el fin de abrir paso a las naves que surcan el río.
Piccadilly Circus
“Goodbye Piccadilly, farewell Leicester Square…” es el fragmento de una canción que se hizo muy popular entre los soldados ingleses en la Primera Guerra Mundial. Este tema musical, que también es un habitual de muchos cursos de inglés (damos fe), nos viene a la mente porque ahora nos disponemos a visitar Piccadilly Circus, otro de los puntos imprescindibles de Londres.
Estamos en la plaza más famosa de la ciudad, un lugar repleto de tiendas, carteles luminosos, cines, restaurantes, teatros… Piccadilly Circus está siempre llena de vida y es uno de los puntos más animados de la capital. El trasiego de personas que van, vienen o se encuentran allí mismo es incesante.
En la plaza destaca también la Fuente del Ángel de la Caridad Cristiana, conocida popularmente como la Fuente de Eros. Está construida en bronce y aluminio.
Notting Hill
Los más románticos y cinéfilos no pueden obviar este barrio londinense, un lugar lleno de encanto que se encuentra en la parte oeste de la ciudad. Notting Hill se hizo especialmente popular tras la película del mismo nombre, protagonizada por Hugh Grant y Julia Roberts y con un tema musical central exquisito.
Al margen del film, este barrio tiene mucho sabor y merece una visita para conocer sus bonitas casas, pasear por sus jardines o acercarse al popular Mercado Portobello, donde encontraremos un sinfín de artículos vintage.
London Eye
Estamos en el Ojo de Londres, la conocida noria que ya es una imagen habitual del paisaje londinense. Se inauguró en el año 2000, por lo que aún es una joven saliendo de la adolescencia, pero en este tiempo ha conseguido una gran popularidad. Para aquellos que no sufren de vértigo, las vistas panorámicas de Londres desde este mirador de casi 140 metros de altura son fascinantes. Esta noria, la más alta de Europa, solo tiene un inconveniente: las largas colas de espera para acceder a ella, detalle que puede solucionarse adquiriendo con antelación las entradas.
Londres es inacabable y en el tintero se nos quedan muchísimos atractivos de esta ciudad increíble. Pero estamos de paso y solo disponemos de unas horas. Nos hemos planteado que esto solo sea el aperitivo de la visita larga y reposada que una ciudad de esta envergadura se merece.
Revista Viajes y Lugares
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