El lago de Bled: la belleza hecha paisaje

En el encantador pueblo de Bled, en Eslovenia, se encuentra un lago que parece sacado del sueño literario del autor más imaginativo. Este lago alpino es un sitio singular que encierra una belleza natural increíble. La guinda se la pone la pequeña isla repleta de árboles que se encuentra en su centro, un enclave encantador que acoge a la iglesia de la Asunción de la Virgen, un templo que data del siglo XV y al que se accede si nos animamos a subir los casi cien escalones del trayecto. Sobre la campana de esta iglesia se cuenta que si la hacemos sonar se cumplirán nuestros deseos.

Hasta la isla se llega con los tradicionales “pletna”, embarcaciones de madera manejadas hábilmente por una especie de gondoleros, comparación que nos permitimos porque reman de pie, como sus homólogos venecianos. Ellos nos acercarán de nuevo a la orilla que nos abre paso a la bonita localidad de Bled, desde donde caminaremos hasta el castillo, otro de los puntos interesantes de la zona.

El Castillo de Bled, que en la actualidad alberga un museo, está vertiginosamente situado sobre un acantilado a ciento treinta metros de altura. Es uno de los más antiguos del país y nos ofrece una panorámica del entorno absolutamente espectacular. Esta construcción medieval, que aún conserva su torre románica, ha experimentado diversos añadidos a lo largo de la historia, dando como resultado una imagen única. Su estado de conservación es bastante bueno y lleva muy bien sus más de mil años de vida.

Volvemos al pueblo para recorrer las encantadoras calles de Bled, un lugar que nos invita a conocer sus pequeños monumentos repartidos por toda la ciudad. Estamos en uno de los destinos turísticos más populares de Eslovenia, un lugar que durante mucho tiempo ha sido famoso como balneario gracias a las fuentes termales de la zona. Además, este punto del país es muy apreciado por los aficionados al deporte, ya que sus alrededores son ideales para practicar senderismo, barranquismo o cualquier otra disciplina en plena naturaleza.

Bled cuenta con otro atractivo que no puede pasar por alto ningún visitante: su famoso pastel de crema, una delicia típica del lugar que nos ayudará a culminar con éxito una jornada en este bonito rincón esloveno.

Revista Viajes y Lugares