Existen muchos tipos de ofrendas románticas, pero ninguna como este fascinante edificio levantado en Agra, en la India. El Taj Mahal es una bellísima construcción de mármol blanco mandada erigir en el siglo XVII por el emperador Shah Jahan en honor a su esposa predilecta, a la que profesaba tanto amor que le otorgó el título de Mumtaz Mahal, la “preferida de palacio”, de quien el edificio toma su nombre.
A pesar de que el emperador tenía más esposas, en base a su derecho polígamo, Mumtaz Mahal se situó inmediatamente como la única que acaparaba sus atenciones. Y así fue a lo largo de los casi veinte años que la pareja permaneció unida. Tuvieron catorce hijos, nada más y nada menos, y ella perdió la vida cuando traía al mundo al último de ellos. Fue entonces cuando el emperador pensó en diseñar un monumento majestuoso para honrar a su gran amor.
Convocados los mejores constructores del momento, la obra comenzó alrededor del año 1630. No se escatimó en materiales ni en mano de obra. Más de veinte mil obreros intervinieron en este soberbio conjunto, mientras que el mármol, principal elemento del edificio, fue transportado en elefantes desde Rajasthan. Está construido sobre una plataforma delimitada por cuatro minaretes y cuenta con una impresionante cúpula de mármol blanco de veinte metros de diámetro. Además, se realizaron incrustaciones de piedras preciosas, gemas y diamantes.
Al edificio no le falta ni un detalle: rejas, cámara funeraria, arcos… A él se accede recorriendo espléndidos jardines que cuentan con un precioso estanque, un diseño inspirado en los jardines del paraíso. Es un lugar que deslumbra por su belleza.
Parece que no todo es blanco en el Taj Mahal. Según una historia mucho más negra, una vez acabado el mausoleo el emperador ordenó amputar las manos de los arquitectos y trabajadores que habían realizado el proyecto con el fin de que jamás pudieran volver a repetir una obra como aquella. Sin embargo, preferimos pensar que una acción tan deplorable es solo una leyenda sin ninguna base real.
El paso del tiempo y las avalanchas de visitantes están afectando negativamente al Taj Mahal. El vistoso mármol blanco se decolora y presenta capas de suciedad. Nunca se había limpiado en sus muchos años de vida. Sin embargo, en la actualidad se ha iniciado la labor de restauración que el edificio tanto necesitaba. También se planea reducir el número de visitantes y la duración de la estancia con el fin de preservar el buen estado del mausoleo más famoso del mundo.
Revista Viajes y Lugares
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