Yellowstone es el primer parque nacional creado en el mundo, concretamente en 1872 con la firma del entonces presidente de los Estados Unidos, Ulysses Grant. A partir de entonces, se han declarado numerosos parques nacionales y reservas en todo el planeta.
Nos encontramos en una enorme reserva natural que cuenta con 9.000 kilómetros cuadrados de rica naturaleza. Osos, alces, lobos, coyotes y otras muchas especies conviven en un territorio que abarca tres estados: Wyoming, Idaho y Montana. Además, algunas de las últimas manadas de búfalos del país campan y disfrutan en esta zona del globo. La UNESCO declaró este territorio Reserva de la Biosfera en 1976.
Estamos convencidos de que para muchos las primeras referencias sobre la existencia de este gran parque corresponden a unos divertidos osos de dibujos animados. Pero lejos de estos simpáticos personajes de ficción, hoy nos adentramos en la cara más real de un punto del planeta impresionantemente bello y poderoso, ya que oculta una intensa actividad geotérmica con una de las mayores concentraciones de géiseres del mundo.
El géiser Old Faithful es una de las grandes atracciones del parque. Sus erupciones pueden verse a intervalos aproximados de entre una y dos horas. Lanza una impresionante columna de vapor y agua extremadamente caliente que puede llegar a alcanzar más de cincuenta metros de altura.
Junto a paisajes que quitan la respiración por su belleza, Yellowstone es el hogar en el que habita uno de los mayores volcanes del planeta, ganándose la denominación de supervolcán porque su potencia eruptiva podría superar cien veces la de un volcán convencional. Afortunadamente, este gigante duerme desde hace miles de años y así queremos que continúe, ya que nos tememos que es de los que no tienen un buen despertar. Solo esperamos no estar ahí cuando abandone los brazos de Morfeo.
Como de momento la situación está tranquila, vamos a recorrer este magnífico parque ubicado en territorio norteamericano. En él nos encontramos praderas, bosques, lagos, ríos y decenas de cataratas y cascadas. Pero uno de sus grandes atractivos son las numerosas y coloridas fuentes termales en plena ebullición, un auténtico espectáculo para la vista.
El parque, abierto todo el año, ha trazado una serie de rutas para que el visitante pueda moverse con libertad y seguridad por el terreno. Además, dispone de diferentes zonas de servicios y puntos de información. También existen varias ubicaciones donde poder acampar o disfrutar de una comida al aire libre. Existe la posibilidad de visitar el parque con un guía, opción más que recomendable porque no queremos perdernos ni comprobar cómo es un oso gris en las distancias cortas.
Sin duda, Yellowstone es una de las reservas naturales más fascinantes de nuestro planeta y uno de los mayores paraísos para la flora y la fauna. La madre naturaleza ha creado aquí una de sus grandes obras maestras.
Revista Viajes y Lugares
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