La pequeña localidad de Glastonbury, situada en el Condado de Somerset al sudoeste de Inglaterra, es una tierra de leyenda que nos relata historias sobre el Santo Grial y el Rey Arturo y sus famosos caballeros de la Mesa Redonda. Con poco más de 8.000 habitantes, este punto del Reino Unido recibe al visitante con una extraña atmósfera de misterio y espiritualidad que hipnotiza y atrae.
Glastonbury es conocida por su famoso Festival de las Artes Escénicas, una cita anual que combina música contemporánea, teatro y danza, aunque por encima de todo destaca como el lugar en el que se construyeron los primeros edificios cristianos del país y muestra orgullosa al mundo su monumental abadía y su misteriosa Colina de Tor, lugares que se mueven entre el mito, la leyenda y la realidad.
La Abadía de Glastonbury
A José de Arimatea, personaje bíblico que según los evangelios cedió su tumba a Jesucristo, se le atribuye la fundación de la espectacular Abadía de Santa María de Glastonbury. Sin embargo, aunque es la teoría más difundida, se piensa que en realidad fueron los monjes del monasterio los que inventaron esta leyenda para dar trascendencia histórica a los orígenes del convento. Según estos mismos monjes, también fue José de Arimatea quien escondió en los alrededores de la abadía el Santo Grial. No cabe duda de que la imaginativa promoción puesta en marcha por los monjes ha dado buenos frutos.
Al parecer, este imponente edificio cristiano fue construido sobre un centro druida que ocupaban los sacerdotes celtas. Actualmente sólo quedan en pie los muros de la magnífica construcción, aunque mantiene su impresionante belleza.
Otra de las historias míticas que envuelven a la Abadía de Glastonbury nos remite al Rey Arturo y a su esposa Ginebra. Se cuenta que sus tumbas se encuentran en algún lugar de esta construcción. Sin embargo, aunque la famosa leyenda artúrica pudiera tener cierta base histórica, nunca se han encontrado evidencias de la existencia del famoso rey y, en consecuencia, tampoco de su tumba. Pero si por algo nos gusta tanto este punto de Inglaterra es por cómo sabe activar nuestra imaginación.
La Colina de Tor
Cercana a la abadía se encuentra la Torre de San Miguel, una bella y solitaria torre de iglesia desprovista de techo y que se alza en la llamada Colina de Tor. Sobre ella también se cuentan un sinfín de leyendas, como la que le atribuye un origen mágico.
La colina puede verse desde kilómetros de distancia y se asienta sobre un terreno que antaño fue pantanoso. En torno a ella se aprecian una serie de terrazas en el terreno de las que aún hoy se desconoce su origen.
Las vistas desde la torre son impresionantes, apreciándose toda la belleza del entorno. A la colina se accede subiendo por un elevado camino que sale desde el Museo de la Vida Rural de Somerset, otro punto de interés que nos muestra cómo era la vida cotidiana en una granja local del siglo XIX.
Revista Viajes y Lugares
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